Pobre Liga MX. Tan lejos de la CONMEBOL y tan cerca de la MLS. El fútbol mexicano tiene un potencial enorme, pero tristemente parece que está destinado a nunca desarrollarse al máximo y ser la eterna promesa. Cada vez se acerca más a la MLS (para hacer negocio, claro está) y se aleja de Sudamérica, donde realmente podría crecer en términos deportivos y la Leagues Cup es el claro ejemplo de todo lo que está mal.

La Liga MX pasó de competir en la Copa Libertadores y en la Sudamericana, a jugar un torneo súper chafa ante los clubes de Estados Unidos. Para empezar, el nivel es infinitamente inferior, el certamen se disputa únicamente en territorio estadounidense (sin otra justificación que el negocio) y por si eso fuera poco, obliga a que el torneo local se detenga.
Y uno pensaría: al menos dan buenos premios. ¡Pero no! La Leagues Cup no te da absolutamente nada más que unos cuantos dólares y un boleto a la Concachampions que, seamos sinceros, no es suficiente motivación para los equipos mexas.

Los clubes de la Liga MX tienen que aventarse viajes súper largos para jugar en un torneo que además está pésimamente diseñado. Imagínate, de los 36 equipos que participan en la Leagues Cup, sólo 8 avanzan a la siguiente fase luego de sólo 3 partidos. Esto quiere decir que aún ganando todos tus juegos de la primera ronda, puedes quedar eliminado.
Este torneo de la Leagues Cup es una broma de mal gusto para los verdaderos aficionados al fútbol mexicano. No sólo evidencia que la MLS hace lo que quiere con la Liga MX fuera de la cancha, sino que además han comenzado a humillar a los equipos mexicanos dentro del terreno de juego (pregúntenle al América). O sea que además de ser un pésimo certamen, deja expuestos a muchos equipos mexas que ya ni siquiera pueden o quieren ganarle a los estadounidenses.

La Leagues Cup no le deja absolutamente nada bueno a la Liga MX. No hay buenos premios (ni deportivos, ni económicos), no es pareja porque siempre se juega allá, no genera un crecimiento deportivo y deja mal parados a los clubes mexicanos. Y lo peor es que se ve que llegó para quedarse.