Anoche vi a Iván Cornejo en vivo y no sé si fui a un concierto o a una montaña rusa emocional. Las canciones no solo se escuchaban, se sentían como si alguien te hubiera metido al pecho un corazón ajeno y lo estuviera exprimiendo despacito.

¿Corrido tumbado? ¿Sad pop? ¿Balada gen z en tonos latinos?
Iván Cornejo no cabe en una sola categoría, y eso es justo lo que lo hace tan poderoso. Tiene la melancolía de Junior H, pero también la vulnerabilidad frontal de Olivia Rodrigo. No hay orgullo en su tristeza, no hay macho herido... solo un chico de 21 años tratando de entender por qué alguien ya no lo quiere.

“Me hiciste un loco”, “Ya te perdí”, “Está dañado”, “Tatuajes”.
No son canciones, son emociones sin filtro, del tipo que te obligan a revisar tus notas de voz de 2021 y arrepentirte.

Lo suyo es el regional del “te extraño pero te bloqueo”.
Olivia Rodrigo y él no comparten idioma ni instrumentos, pero hablan el mismo idioma emocional. Son ese tipo de artistas que hacen que miles de adolescentes y adultos jóvenes coreen con lágrimas en los ojos sentimientos que no sabían que tenían hasta que sonó el requinto.
Cuando Iván canta, lo hace como si todavía estuviera en ese cuarto donde alguien le dijo que ya no lo amaba.
Y tú, que solo venías a escuchar música en vivo, terminas llamándole a tu ex aunque le prometiste a tu bff y a tu psicólogo que no lo harías

Esta generación ya tiene sus baladas… y su “Mentiras” del futuro.
Dentro de 30 años, cuando hagan una versión moderna de Mentiras: El Musical, las mamás de la época van a llorar con “Intercambio Injusto” y “Baby Please”.
Y por si había duda de que Iván es un ícono emocional Gen Z
En lugar de brindar con un tequila, se preparó su tecito como buen chico que va a coffee parties sin alcohol. Porque no hay nada más Gen Z que saber que llorar por tu ex no te exime de cuidar tu voz.
